top of page

7 pasos para animar el dormitorio (sin ligar un cachetazo)

Writer: JELQ2GROWJELQ2GROW


spice up the bedroom

Así que tienes una idea descabellada para llevar al dormitorio. Puede que sea un juguete nuevo, una postura atrevida o algo sacado directamente de un fanfic de Cincuenta sombras. El caso es que... no sabes cómo plantearlo sin que tu pareja te mire como si acabaras de sugerirle que adopte un mapache como mascota. Pero, ¡relájate! Te cubrimos las espaldas. En este artículo veremos cómo sacar el tema sin acabar durmiendo en el sofá.





Paso 1: Prepare la escena (no, no como en una comedia romántica)


El momento oportuno lo es todo. No les sueltes: «Oye, ¿quieres probar las esposas?» cuando estén hasta arriba de agua o en medio de una discusión sobre quién se ha olvidado de sacar la basura. Escoge un momento en el que ambos estéis relajados y conectados, quizá después de una buena cena, durante una agradable sesión de Netflix o cuando os estéis divirtiendo.


Si no estás seguro de cuándo es el momento adecuado, pregúntalo. «Oye, ¿podemos hablar de algo divertido más tarde?» establece el tono sin ser extrañamente vago.


Paso 2: Haz los deberes (sí, hay deberes)


Antes de presentar tu idea, asegúrate de que no la estás improvisando. Si propones algo como jugar con cuerdas, por ejemplo, conoce los conceptos básicos: ¿cómo funciona? ¿Es seguro? ¿Qué es lo peor que puede pasar (y cómo evitarlo)? Nada estropea más el ambiente que tu pareja pregunte: «Espera, ¿cómo funciona esto?» y tú respondas: «Eh... ¿Google?».


Estar preparado demuestra que te tomas en serio la idea de que sea una buena experiencia para los dos. Además, es mucho más sexy decir: «Lo he investigado y esto es lo que podemos hacer para que sea increíble» que: «Lo vi en una película».


Step 3: Sell the Sizzle (Not Just the Steak)


When you bring up your idea, focus on the benefits. Not just for you, but for them and your relationship. Let’s say you want to try a new position. Instead of, “I think this would be hot,” try:


  • “I think you’d love how this feels—it’s supposed to hit all the right spots.”

  • “I’d love to see you in this position—it drives me wild just thinking about it."

  • “I think this could bring us even closer and make things even more exciting.”


If you can tie it to something she already enjoys, even better. “Remember how much you loved that massage? This could feel even better.”


Paso 3: Vender el chisporroteo (no sólo el filete)


Cuando plantees tu idea, céntrate en los beneficios. No sólo para ti, sino también para ellos y para vuestra relación. Digamos que quieres probar una nueva postura. En lugar de: «Creo que esto sería sexy», prueba con:


  • "Creo que te encantará esta postura, te hará sentir bien."

  • "Me encantaría verte en esta posición, me vuelve loco sólo de pensarlo."

  • "Creo que esto podría acercarnos aún más y hacer las cosas aún más excitantes."


Si puedes relacionarlo con algo que ya le guste, aún mejor. «¿Recuerdas cuánto te gustó el masaje? Esto podría ser aún mejor».



Paso 4: Olvídate de la vergüenza (no queda bien).


Querer probar algo nuevo no te convierte en un pervertido, un bicho raro o «demasiado». Te hace humano. Si te sientes tímido o avergonzado por tus deseos, pregúntate: ¿esa vergüenza es realmente mía o sólo tengo miedo de su reacción? Y quién sabe... a lo mejor tu pareja es mucho más abierta de lo que crees.


Si la vergüenza te frena, empieza poco a poco. Primero comparte algo que no implique mucho riesgo, por ejemplo: «He leído sobre esto y parece divertido. ¿Qué te parece? Mide su reacción antes de lanzarte.




Paso 5: Hazlo en equipo (nada de misiones en solitario)


Las mejores aventuras en el dormitorio se crean conjuntamente. En lugar de presentar tu idea como algo hecho, invita a tu pareja a explorarla contigo. «Me ha picado la curiosidad, ¿qué te parece? ¿Te gustaría que lo probáramos juntos? Este enfoque lo convierte en una experiencia compartida, no en una petición unilateral.


Cuando se sienten partícipes del proceso, es mucho más probable que digan que sí. Además, puede que se le ocurran ideas que a ti ni siquiera se te habían pasado por la cabeza. Todos salimos ganando.





Paso 6: Gestione el rechazo como un profesional (porque ocurre)


No todas las ideas son un éxito. Si a tu pareja no le gusta, no te lo tomes como algo personal. En lugar de enfadarte o insistir, di algo como: «No te preocupes, sólo quería compartir lo que tenía en mente. ¿Qué es lo que te ha despertado curiosidad?». Así mantendrás la conversación abierta y demostrarás que respetas sus límites.




El rechazo no es el fin del mundo. Es sólo un «ahora no». Mantén abiertas las líneas de comunicación y, ¿quién sabe? Puede que vuelvan más tarde.


Paso 7: Crear confianza (porque la confianza es el afrodisíaco definitivo)


Si tu relación se siente inestable, ahora es el momento de trabajar en esos cimientos. La confianza y la intimidad son los cimientos de una buena vida sexual. Demuéstrale que eres un compañero en el que puede confiar, alguien que le escucha, respeta sus límites y se preocupa de verdad por su placer. Si su pareja se siente segura con usted, será mucho más probable que diga que sí a sus ideas más descabelladas.


Cuanto más inviertas en tu conexión emocional, más ardiente será tu conexión física.




Dale vida a tu dormitorio: Atrévete y sé valiente


Introducir cosas nuevas en el dormitorio no tiene por qué dar miedo. Con el enfoque adecuado, puede ser divertido, excitante e incluso un poco emocionante. La comunicación es clave, el entusiasmo es contagioso y un poco de humor hace mucho. Así que respira hondo, canaliza el Casanova que llevas dentro y haz que surja la magia.

bottom of page