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Néctar y Éxtasis: Lo que los Colibríes Nos Enseñan Sobre el Cunnilingus

Foto del escritor: JELQ2GROWJELQ2GROW

No podemos flotar en el aire como los colibríes, sorber néctar con precisión ni desafiar la gravedad como ellos, pero lo que sí podemos hacer, o al menos intentar, es agitar los labios con la velocidad y la destreza de sus alas. ¿Por qué querrías hacer eso, te preguntas? Bueno… imagina convertir tu boca en un vibrador de alta velocidad. Suena como cunnilingus avanzado, ¿no? ¿Intrigado? Vamos a explorar.


hummingbird technique

¿Vale la pena la técnica del colibrí?


No todas las parejas son iguales, y no todos los clítoris quieren una banda de música entrando de lleno desde el principio. Algunos prefieren un solo de violín: sutil, deliberado y enfocado. Ahí es donde entra la técnica del colibrí. Es perfecta para parejas que pueden encontrar abrumadora una estimulación directa y contundente o para quienes disfrutan de la anticipación del juego previo.


Pero no te equivoques: esto no es solo para los ultra-sensibles. Incluso las personas que disfrutan de una estimulación intensa pueden beneficiarse de esta técnica.




Los cuatro pilares de la técnica del colibrí: otra forma de hacer cunnilingus


Ligereza: un susurro, no un grito


No estás aquí para presionar botones ni golpear tambores. Piensa en toques ligeros como una pluma. Ya sea con la lengua, los dedos o incluso un juguete, imagina apenas rozar el clítoris como si estuvieras haciendo cosquillas en un sueño. Para las parejas que se sobreestimulan fácilmente, esto podría ser todo lo que necesiten. Para quienes anhelan más, considera esto el preludio definitivo, un juego previo que los dejará rogando por más.





Precisión: activando tu GPS interno


El clítoris no es un destino de talla única. Algunas partes son más sensibles que otras, y encontrar ese punto perfecto es tu misión. Usa la punta de tu lengua o dedo para explorar, moviéndote de manera incremental y pidiendo retroalimentación. “¿Aquí? ¿O aquí?” Es como jugar una versión sexy de Marco Polo, pero el premio es un gemido que te dice que lo has hecho bien.





Vibración: las alas del colibrí en acción


Puedes intentar agitar los labios mientras expulsas aire, como cuando estás cansado y haces ese sonido de burbujeo con los labios. Esa vibración suave es la esencia del toque del colibrí. Empieza enfocando ese movimiento vibratorio en las áreas más sensibles—su clítoris o el capuchón clitoriano—usando tus labios o la punta de tu lengua. No se trata de presión ni de velocidad, sino de crear una sensación rítmica constante que sea provocativa y tentadora. Mezcla momentos de ligera succión o aléjate para besar sus muslos internos antes de volver con ese toque vibratorio delicado.




Agilidad: el arte del juego previo


¿Alguna vez has visto a un colibrí flotar, alejarse y luego regresar? Esa es la energía que debes canalizar. Retrocede ocasionalmente para generar anticipación. Besa sus muslos internos, recorre su vientre bajo con tus labios y luego vuelve al clítoris. Cada momento cuenta. Mantén la incertidumbre, y los tendrás enganchados.


Consejos prácticos para dominarla


  • Empieza despacio: Comienza con el toque más ligero posible. Piensa en esto como un primer baile, no un pogo en un concierto de rock.

  • Comunica: No adivines, pregunta qué se siente bien. Usa su respiración y sonidos como guía.

  • Sé versátil: Alterna entre técnicas para evitar el cansancio y siempre mantente listo para improvisar.

  • Tómate descansos: Ningún colibrí agita sus alas para siempre. Descansa cuando sea necesario, pero mantén el ambiente lúdico y sensual.



Agita esas alas… o labios


Puede que no podamos volar ni vivir de néctar, pero tomar una lección de nuestros amigos emplumados puede marcar toda la diferencia. La técnica del colibrí se trata de descubrir, jugar y, tal vez, experimentar un poco.


Así que la próxima vez que te sientas aventurero, inténtalo. Agita esas alas metafóricas, confía en tu instinto y recuerda: ¡diviértete!

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